Otro sábado para el recuerdo

Este sábado fue otro de los que me gustan, todo el santo día fuera de casa. Esta vez tocó un poco de montaña, para ser más precisos subida al Simancón y al Reloj, en Grazalema.

Me levanté a las 9:30 con la cara de un poema de Bécquer y nada tocaba prepararse, aunque fue un amago de madrugón entre una cosa y otra no empezamos a subir hasta las 13:00... cosas nuestras. Cierto es que si no hubiera sido así no hubiésemos empezado a subir hasta pasada la merienda porque conociéndonos...

Salimos dos coches desde Jerez y quedamos en El Bosque para ir desde allí juntos hacia Grazalema donde dejamos los coches para la subida. Decir que también algo nos entretenimos porque en El Bosque nos metimos entre pecho y espalda un desayuno de categoría.

Ya subiendo muchos nos dimos cuenta que el día estaba más para ir a Los Caños que a Grazalema porque hacia una calor... pero bueno, que le vamos a hacer. Ya en la cima del Simancón al amigo Aguilera se le ocurrió ir al Reloj algo que al principio yo no veía con muy buenos ojos pero la verdad que me hubiera arrepentido de no haberlo subido.

Aunque ahí ya sólo fuimos cinco ya que los demás se bajaron ya para el pueblo, pero lo peor de todo fue la santa bajada. Todos deseando que llegara la bajada para descansar y fue una tortura, primero que como bajamos por dónde nos apeteció no encontrábamos el camino ni sin querer y encima la bajada era peligrosísima, todo rocas afiladas y grietas en el suelo que daban a cuevas.

Al final llegamos al pueblo media hora antes o así que nos cogiera la noche y ya a Jerez llegamos casi para cenar, pero la verdad que otra vez valió la pena, eso sí, como el Mulhacén nada.